Detalles de mi vida

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Abr/14
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Sé que estoy pasando unos momentos duros.

Pero cuando las circunstancias se ponen duras los duros empezamos a jugar. Mi capacidad para adaptarme a las circunstancias de la vida son asombrosas.

Si supierais con toda la gente que he tenido que convivir. La de líos que me he podido meter. La de sentimientos que he sobrellevado y sobrevivo.

Hay días en los cuales me daría igual el no haber nacido. Porque yo no elegí nacer… Pero mi juventud, que poco a poco va escaseando y la obsesión de recuperar a mi familia hacen que siga remando para llegar a una vida de satisfacción.

Sé que tengo que demostrarle mucho a la vida para dormir en paz conmigo mismo. Pero aún más por mí.

Estoy cansado de vivir, aunque vivir he vivido poco. Es la vida y mi actitud hacia ella, la que me arrastra con sus minutos, horas, semanas, meses y años.

Años de los cuales me lamento, y aquí estoy escribiendo para liberarme de éste tormento.

Dicen que la vida a cada uno nos pone en nuestro lugar. En mi caso, yo siempre he dicho lo que pienso, pero nunca me he parado a pensar en lo que he dicho. Muchas veces es mejor estarse callado y limitarte solamente a observar. Un jefe mío, al cual le tengo mucho aprecio me dijo: que la mejor palabra es la que no llegas a decirla. A simple vista no tiene mucho sentido la frase, pero todo tiene su lógica.

He pecado de ingenuo, de irresponsable, de impulsivo, de egoísta, de valiente, de preocuparme más, de la gente que me rodea, que de mí mismo. Pero de todo se aprende. Unos aprenden observando y en mi caso a base de tropezarse en el camino de nuestras vidas. Tuve una época de mi vida que obtuve casi todo lo que una persona podía desear. Ahora tengo que esperar para poder tener todo aquello que tuve, pues en la actualidad no tengo ni siquiera mi libertad. Porque fui torpe y me privaron de ella.