Liberando Palabras Desde el Centro Penitenciario de Pamplona

ADIOS

Escrito de despedida de la psicóloga que inició junto con ANASAPS la idea de este blog: ( escrito hace unos meses)

Hoy hace exactamente 11 meses que entré en la prisión de Pamplona. Debo decir que me gané a pulso entrar aquí, y no, no he cometido ningún delito. Entré siendo una psicóloga con el único conocimiento que dan los libros y me voy siendo una psicóloga que ha añadido toda la experiencia que ha podido exprimir en esta corta estancia. Durante 11 meses he aprendido -por supuesto que ni la mitad de lo que me falta- y procurado hacer mi trabajo con -y gracias a- el módulo de jóvenes, el de mujeres y algunos internos más del de adultos.

Es un día para valorar todo este tiempo, me voy. Se cierra una etapa y se abre otra en breve, así es la vida. Toca hacer balance, limpieza de despacho y despedida de todos los compañeros. Entre mis papeles: historias intensas, humanas, interesantes -para una psicóloga, se entiende- y, sobre todo, mis primeras historias. Sé que nunca las olvidaré.

Me voy teniendo una corta, pero intensa, experiencia que me ha ayudado a aprender, a entender y a tener más ganas de seguir trabajando; ¿el límite?: Está claro, el infinito. No alcanzo a hacerme una idea de si realmente he podido hacer algo por ayudar a cambiar a mejor la vida de los que aquí se quedan o de los que ya se fueron. Pero hay algo que sí sé, ellos tampoco alcanzan a hacerse una idea de lo que sí que ha supuesto todo esto en la mía.

Sólo puedo decir que he aprendido muchísimo en este corto tiempo, que, lejos de llenarme de malos sentimientos por lo que las personas entran aquí a cumplir condena, estoy más motivada para seguir trabajando para que ese artículo 25.2 de la Constitución que tanto os sabéis todos, pueda ser una realidad -al menos en lo que a mí respecta-. Y os digo que tengo más de 30 años por delante para ello.

Gracias a todo el personal del centro, no voy a hacer dedicatorias personales -ya saben cada uno lo que me ha aportado-.

Y gracias a todos los internos que han pasado por el despacho, sólo una última cosa: en gran medida, sólo de vosotros depende vuestra vida y vuestro futuro.

Inma.