MI VIDA- CAPITULO II

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Abr/12
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(Continua del Capítulo I :Como niño que era me acerqué a la pila de mármol, quise ver dónde no llegaba y me agarré al borde y la pila cayó sobre mí, en la mitad de mi cuerpo… )

 

¡¡¡Sí!!! Estuve un mes en coma… La pila me había destrozado por dentro, me reventó el estómago, los riñones, el bazo, el intestino, las costillas presionaban mis pulmones, coágulos de sangre por todo mi cuerpo. Durante ese mes que estuve en coma, me tuvieron que operar varias veces a vida o a muerte… Y el médico no daba muchas esperanzas de vida… Fueron 135 puntos los que me dieron en aquel cuerpito de 5 años. Al final, gracias a ese médico que no daba esperanzas, ¡¡¡Desperté!!! Recuerdo que estaba lleno de tubos por todo mi cuerpo y no podía moverme. Fue una gran alegría para mi familia, como os imaginaréis… Tardé unos cuatro meses en recuperarme, meses que pasé allí en el Mediterráneo a cargo de mi tía.

 

Mis padres volvieron al pueblo, ya que ahora todo iba yendo bien, no podía quedarse sin trabajo. A mis hermanos los metieron al colegio y cuando me recuperé, vinieron, vinieron a por mí y yo también volví al colegio. Ése mismo año, mi madre volvió a quedarse embarazada, esta vez de otra chica. La familia aumentaba y mi padre ya no daba abasto con todo, el dinero volvía a escasear. La gente del pueblo nos seguía ayudando en lo que podía, la ropa de sus hijos que se les quedaba pequeña… La Asociación de Cruz Roja también lo hacía con comida. Para entonces, yo ya iba teniendo demasiada conciencia de las cosas y me iba dando cuenta de que mis padres no nos podían mantener. Cuando iba al colegio con alguna ropa de algún compañero y me decía que era suya, me moría de la vergüenza… Cuando veía y escuchaba a mi madre pedir comida… Cuando ya veía que nuestros juguetes nunca eran nuevos y ninguno de los que teníamos, los había comprado ellos… Ya me daba cuenta de todo…  de la pobreza que había en mi familia, y sobre todo, que mi padre hacía lo imposible…

 

Cuando ya nació mi hermana, mis padres no nos podían mantener y nos pusieron una asistente social. Nos ayudó mucho, se llamaba igual que mi hermana, era de un pueblo cercano. Yo ya empecé a guardar mucho rencor a mis padres, el tiempo pasaba y no entendía cómo seguían llegándome hermanos si ya los que tenían no podía mantenerlos… Yo ya sentía muchas cosas por la situación… como ya he dicho rencor, pena, vergüenza y con solo 8 años y medio.

 

Un día llegué a casa y estaba otra asistente social hablando con mis padres… era obvio: nos iban a meter a un centro de menores protegidos. Y creo que me atrevo a decir que ése fue el día más duro de mi vida, porque con 9 años yo ya había entendido lo que mis padres no hicieron. ¡¡¡No tengas hijos sino puedes mantenerlos!!! Lo único que pensaba en esos momentos era que eso no eran unos padres… ¿¿¿Qué habíamos hecho mis hermanos y yo para que nos tocaría esa vida??? ¿¿¿Por qué??? Bueno al fin y al cabo… los años en el centro fueron los mejores de mi vida y la de mis hermanos. Teníamos un techo del que no caía agua, unas ventanas que cerraban perfectamente, luz, comida y unos monitores que nos enseñaban a estudiar, a realizar las tareas de la casa, a respetarse, a saber llevar los problemas adelante…

 

Estoy muy orgulloso de los valores que en aquel centro me enseñaron los directores, psicólogos y monitores que estuvieron con nosotros todo ese tiempo… que fue mucho… nos compraban ropa y nos hacía regalos… Nos dieron la oportunidad de formarnos y de poder hacer una vida. Al pueblo, bajábamos los fines de semana solamente y al centro íbamos entrando por edades, los hermanos mayores y yo estábamos allí y la pequeña se quedó con mis padres, ya que se suponía que podían mantenerse los tres. Pero no duró mucho tiempo su bienestar…

 

 

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