MI VIDA- CAPITULO III

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May/12
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Mi padre, creo, que no soportó la situación y empezó a beber y a gastar el dinero que tenía, tanto en beber como en tragaperras. También era un fumador nato. No podía ver cómo mi padre se gastaba el dinero en esas máquinas que te quitan el dinero. ¡¡¡Con lo que le costaba ganarlo!!! ¡¡¡No lo entenderé nunca!!! Un dinero que podría adornar (porque tampoco puedo decir solucionar) el estado de sus hijos. Fue muy difícil para mí intentar hacerle ver la realidad. A parte de rechazar mi opinión… me decían que era un crío y que no sabía de la vida… ¡¡¡Lo intenté tantas veces!!! Pero nunca me escucharon… Y a día de hoy… creo que lo entendía bastante bien, ¡viví tanto en tan poco! Me duele decir esto, pero no sentí lo que era una familia hasta que llegué al centro… allí me lo enseñaron.

 

El mal beber de mi padre causó muchas disputas con mi madre, aunque ella tampoco lo hacía bien. Ella se gastaba el dinero en cosas inservibles para los tiempos que corrían, como por ejemplo pulseras, anillos… para hacer ver a la gente del pueblo que ya les iba bien (aunque no era cierto). La asistente social estaba al tanto de todo esto y decidió ingresar a mi hermana pequeña en el centro con nosotros también… También empezaron a no dejarnos a bajar al pueblo los fines de semana, hasta que ellos no estarían bien y pensarían las cosas. Fue durísimo para mí, al fin y al cabo… ¡¡eran mis padres!! Y allí estaban nuestros amigos… Aunque fueran como fueran… nos dieron la vida que nos dieron porque las cosas no estaban bien. Pero a día de hoy, me sigo preguntando cómo hubiera sido si  la economía hubiese sido diferente a la que tuvimos… Yo necesitaba tanto a mis amigos… ésos que sabían desde el principio todo lo que hemos vivido yo y mi familia… También no ver a mis abuelos me costaba mucho trabajo… mis primero años fueron ellos los que me criaron.

 

Fue pasando el tiempo y mi padre ya hasta faltaba al trabajo… ¡¡¡Sí!!! Ése trabajo que le ofreció aquel hombre que nos ayudó tanto e hizo lo posible porque tendríamos una vida mejor… mira cómo se lo estaba devolviendo mi padre… ¡¡¡No entendía nada!!! Lo echaron del trabajo y los problemas se agravaron otra vez… No podía pagar la casa, así que tuvo que buscar otro empleo y otra casa donde vivir. Le contrataron en el Ayuntamiento del pueblo, le ofrecieron ser enterrador y también incluida una casa donde vivir… y las cosas entre mis padres fueron mejorando, pero tampoco para tirar cohetes…

 

Empezaron a dejarnos a bajar al pueblo los fines de semana otra vez (aunque yo seguía muy dolido por todas las cosas que nos había tocado pasar a mis hermanos y a mí…), puedo decir que sí, que he visto muchas veces llorar a mis hermanos, siempre han querido estar en el pueblo al lado de mis padres (eran pequeños). Yo creo que también querían ir al pueblo porque allí no les controlaba nadie y hacían lo que querían… En cambio, en el centro sí los controlaban… Íbamos y veníamos todos los fines de semana y al tiempo, mi madre se volvió a quedar embarazada… Ésta vez de otro chico, el pequeño.

 

La casa que le prestó el ayuntamiento tenía luz y agua, pero no calefacción, pero con la estufa de leña nos apañábamos… Calentaba bastante la casa. Nosotros seguíamos estudiando en el centro de menores, nos íbamos formando para poder salir, por lo menos, con algún estudio para poder trabajar. Así que a mí me aconsejaron dejar la ESO y hacer un taller-escuela para tener el título de carpintero ebanista, fabricación e instalación de muebles modulares. Lo hicieron para que en un futuro tuviera un puesto de trabajo y poder empezar a hacer mi vida, una vida normal…

 

Estudié y aprendí el oficio del cual tengo el título. A los 18 años terminé el taller-escuela y decidí bajarme al pueblo para hacer las prácticas de carpintería. Allí vivía con mis padres, cosa que no fue nada fácil, ya que eran 18 años los que me acompañaban e intentaba tener decisión propia. Se pegaban todo el día discutiendo y cuando eso pasaba, yo cogía a mi hermano pequeño y me marchaba para que no viera lo que yo había visto y vivido…Cuando llegaba el fin de semana y venían mis otros hermanos, intentaba hacer lo mismo, aunque ellos eran conscientes de todo ya, sin yo haberme dado cuenta… Me fastidió que mis hermanos no seguirían mi ejemplo y por lo menos, estudiaran algo que les gustaría… pero ninguno lo hizo.

 

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